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SIRVAN AL SEÑOR CON ALEGRÍA | Estamos destinados a llevar el Evangelio al mundo

Esta semana las lecturas de Jonás ilustran la actitud misionera que Dios quiere que tengamos

Queridas Hermanas y Hermanos en Cristo,

Esta semana leeremos el Libro de Jonás. A menudo, cuando la gente habla acerca de Jonás se hace la siguiente pregunta: “¿Crees que realmente se lo tragó una ballena?”. Sin embargo, aunque esta pregunta es interesante, ¡enfocarnos en ella es realmente perder el sentido del libro!

En este contexto histórico, el Libro de Jonás tenía la intención de diagnosticar y criticar una actitud equivocada en la relación del pueblo de Israel con Dios. Es una actitud que también puede afectar a la Iglesia contemporánea, así que vale la pena reflexionar sobre ella.

Desde el principio de su historia, Israel supo que eran el pueblo escogido por Yavé, pero con el tiempo se dieron cuenta que Yavé era no solo el dios de su nación, sino el único Dios verdadero. La combinación de estas dos ideas — elección y monoteísmo — pudo dar lugar a dos actitudes. La primera — y la más común en el tiempo de Jonás — era, “Nosotros somos el único pueblo escogido por el único Dios. ¡Demasiado malo para todos los demás! Esos pecadores se merecen cualquier castigo”.

El primer detalle crucial del libro de Jonás es el hecho de que Jonás fue enviado a Nínive. Nínive era la capital de Asiria, el enemigo histórico y proverbial de Israel. Cuando Jonás fue enviado con el mensaje que Nínive estaba cerca de su destrucción, la reacción típica en Israel podría ser: “¡Exactamente lo que esos pecadores se merecen!”.

Cuando Nínive se arrepiente, y por lo tanto, recibe la misericordia de Dios, Jonás encarna la reacción de Israel. Se puso furioso. “Esos pecadores no recibieron el castigo que merecían”. Dios le dijo, en efecto, “Quiero que pienses en esto: Yo soy el creador de todo y de todos. Eso quiere decir que la gente de Nínive también me pertenece. Quiero que ellos se arrepientan, y que se relacionen conmigo. Me alegro cuando ellos lo hacen. Tú también deberías hacerlo”.

Esa era la otra actitud posible que alguien pudiera tomar: si Yavé nos escogió a nosotros, y Yavé es el único y verdadero Dios, ¡entonces tal vez tenemos una misión con el mundo entero! Un punto clave en el Libro de Jonás es criticar la actitud exclusiva, y promover esta actitud misionera.

¿Qué lección podemos aprender de esa crítica profética?

Durante gran parte de la historia teológica, se habló de la Iglesia como un arca. Y esa idea no está equivocada. ¡La Iglesia es definitivamente el arca de la salvación!

Sin embargo, la imagen de un arca también forma un patrón de pensamiento y manera de actuar que nos aparta de nuestra misión con el mundo. Pensamos: “Mientras permanezcamos seguros en el arca, nada puede ir mal”. Eso se transforma en una versión moderna del viejo exclusivismo de Israel: “¡Demasiado malo para los que están fuera de ella!”

El hecho de que tengamos el privilegio de estar en el arca de la Iglesia, sin embargo, no quiere decir que tengamos que permanecer en ella cerrándonos a todas las demás personas. En su lugar, eso quiere decir llevar el Evangelio al resto del mundo, con la finalidad de invitar a otros al arca.

Es por eso por lo que el Consejo Vaticano Segundo habló de la Iglesia como “un sacramento — un signo y un instrumento”. Esos términos — signo e instrumento — establecen una trayectoria diferente en la imaginación. Un signo es algo que se envía a los demás. Un instrumento realiza algo. El concepto de “signo e instrumento” más fácilmente captura el movimiento que los profetas estaban tratando de establecer en Israel. Es un movimiento misionero que necesitamos mucho en nuestros días.

Esta semana concluye con las lecturas de los profetas Malaquías y Joel. Un tema en estas lecturas es que se acerca el día del juicio.

Cuando llegue el día del juicio, la pregunta no será: ¿Fuiste exitoso? Mas bien, la pregunta será: ¿Hiciste el intento? ¿Compartiste las Buenas Nuevas? ¿Pusiste tus talentos a trabajar o los enterraste en la tierra? ¿Hiciste del arca tu base de operaciones, o la hiciste un escondite?

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