FRENTE A LA CRUZ | Dios no pasa por alto nuestros pecados, porque Él quiere sanarlos
Él siempre está listo para perdonarnos y por eso va al corazón de nuestros pecados y hace algo acerca de ellos
¿Pasa Dios por alto nuestros pecados?
Esta es una pregunta teológica complicada. Empecemos por casa: ¿nosotros queremos que Dios pase por alto nuestros pecados?
Es fácil comprender que la respuesta sea un sí. Nosotros queremos el perdón de Dios. En ese sentido, hacemos eco del grito del salmista: “Señor, no trates con nosotros de acuerdo con nuestros pecados”.
Para comprender como la respuesta es no, imagínese que va a visitar a un médico. ¿Queremos que él pase por alto nuestra enfermedad? Imagínese que necesita la asesoría de un entrenador. ¿Queremos que el entrenador pase por alto nuestras debilidades como atletas? Imagínese que le pide ayuda a un profesor. ¿Queremos que pase por alto las deficiencias del ensayo que estamos escribiendo?
No, en cualquiera de los casos queremos que ellos vean con atención nuestros problemas. En ese sentido, solo nos pueden ayudar si no los pasan por alto.
Afortunadamente, las lecturas de esta semana nos dicen que Dios cumple con ambas partes de nuestra esperanza: Dios hace ambas cosas, pasa y no pasa por alto nuestros pecados.
¿En qué sentido Dios no pasa por alto nuestros pecados? En el salmo 50 oímos como Dios se dirige a israel: “¿Cuándo ustedes hacen esas cosas, debo ser sordo a ellas? …los corregiré dibujándolas frente a sus ojos.” Dios no ignora los pecados de israel. De hecho, por esa razón Dios envió los profetas a israel. Él está listo y dispuesto para perdonar sus pecados, pero no lo va a hacer pretendiendo que los pecados no existen.
Jesús nos da otro ejemplo cuando se dirige a los fariseos en Mateo 23. Él dice: “Ellos predican, pero no practican. Atan cargas muy pesadas de llevar y las colocan sobre los hombros de la gente, pero ellos no mueven un dedo para llevarlas. Ellos obran para ser vistos” y así sucesivamente. Jesús no ignora las faltas de los fariseos. Mas bien, dirige su atención sobre ellos y los nombra por lo que realmente son.
De hecho, esto es cierto a través de los evangelios. De esa misma manera Jesús se aproxima al ciego de nacimiento, a la mujer del pozo que había tenido cinco maridos, a la solicitud vanidosa de Santiago y Juan de sentarse a su derecha y a su izquierda, y a la disputa de los discípulos acerca de quién es el más grande. Jesús no ignora nuestros problemas, sean físicos, morales o espirituales. Él se dirige a ellos — algunas veces gentilmente, otras bruscamente. Él no pasa por alto nuestros problemas porque Él quiere sanarlos.
Es por esa misma razón que Jesús se encarnó y murió en la cruz. El no pasó por alto nuestros pecados. Más aún, Él mira directamente a nuestros pecados para poder ir al corazón de ellos y hacer algo al respecto.
Por supuesto, Dios pasa por alto nuestros pecados en el sentido de ser capaz de perdonarlos. Oímos esto cuando el salmista dice: “El Señor es amable y misericordioso…Perdona nuestras maldades, sana nuestras enfermedades…Cuando Él trata con nosotros no lo hace de acuerdo con nuestros pecados.” (Salmo 103). Lo escuchamos cuando el profeta Miqueas describe a Dios como el único que elimina las culpas y perdona los pecados, quien se deleita en su clemencia, tiene compasión para nosotros, y arroja al fondo del mar todos nuestros pecados (Miqueas 7). Lo vemos en el ministerio de Jesús.
Aquello que esperamos y quién es Dios, se unen maravillosamente cuando el profeta Isaías dice: “Vengan pues, pongamos las cosas en claro —dice el Señor— ¿Son sus pecados rojo escarlata? ¡Quedarán blancos como la nieve! ¿Son rojos como la púrpura? ¡Quedarán blancos como la lana!” (Isaías 1) Dios no pasa por alto nuestros pecados. En su lugar, Dios es capaz de transformarlos — de transformarnos a nosotros — en algo glorioso. Esa es nuestra esperanza más profunda.
Si estás luchando para comenzar tu Cuaresma, ábrete al Dios que no pasa por alto nuestros pecados, y a la vez los pasa por alto para perdonarnos.
¿Pasa Dios por alto nuestros pecados? Esta es una pregunta teológica complicada. Empecemos por casa: ¿nosotros queremos que Dios pase por alto nuestros pecados? Es fácil comprender que la respuesta … FRENTE A LA CRUZ | Dios no pasa por alto nuestros pecados, porque Él quiere sanarlos
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