SIRVAN AL SEÑOR CON ALEGRÍA | Cuando la libertad religiosa se ve amenazada, sabemos que al final la fidelidad siempre triunfa
El camino de Jesús es permanecer firme en la fe y confiar en el Padre
Queridas hermanas y hermanos en Cristo,
Las lecturas de esta semana miran hacia atrás, a una época de persecución para Israel, cuando el Rey Griego Antíoco decidió básicamente eliminar la libertad religiosa. Se quemaron los manuscritos de la ley. El pueblo fue obligado a violar las leyes kosher y las leyes del Sábado, y a hacer sacrificios ante ídolos paganos. Se prohibió la circuncisión — la clave del signo físico del pacto. De cualquier manera posible, se prohibió la práctica de la fe. Aquellos que se negaron a cumplir estos mandatos fueron ejecutados.
Quizás lo que hizo más daño no fue la persecución externa sino la cooperación interna: ¡muchas personas dentro de Israel cooperaron con la persecución!
La primera lección que podemos obtener de las lecturas para nuestros días: los ataques sobre la libertad religiosa no son nada nuevo. De hecho, hay una realidad permanente para el pueblo de Dios. Así que no debemos sorprendernos cuando actualmente surgen ataques de diversas maneras. Por ejemplo: cuando se persigue con celo una agenda secular sobre el matrimonio, el género o el aborto, y los fieles individualmente y las instituciones católicas son objeto de persecución por no someterse a esa agenda. Como en el antiguo Israel, ¡lo que quizás hace mas daño es ver que dentro de la Iglesia se coopera con esa persecución! Sin embargo, realmente, nada de eso debería sorprendernos. Esto solo quiere decir que la historia del pueblo de Dios está viva en nuestros tiempos.
La segunda lección que podemos extraer de las lecturas de esta semana proviene de la respuesta de los fieles.
Esta semana oiremos acerca de Eleazar. Escucharemos acerca de los siete hermanos y su madre. Escucharemos acerca de Matatías. Cada episodio sigue el mismo patrón: enfrentados con una escogencia, fueron fieles a las leyes de Dios, y fueron perseguidos por su fidelidad.
Algunas veces nos preguntamos a nosotros mismos: “Por qué ser tan riguroso con un pequeño punto de la ley — por qué no comprometerse?” Sin embargo, para estos fieles personajes, fue un asunto de considerar su conciencia ante Dios, y la lección que podrían enseñarle a los demás, especialmente a los jóvenes. Renunciar a su fe por una ganancia mundana es un mal negocio.
La lectura final de la semana nos cuenta la muerte del Rey Antíoco. Y allí, realmente, está la clave. El patrón se desdobla de la misma manera cada vez: al final la fidelidad a las leyes de Dios gana y la violación a las leyes de Dios pierde.
Junto con estas lecciones de la historia de Israel, también escucharemos durante toda la semana como Jesús viaja hacia Jerusalén. Lo que le espera allí es lo que siempre ha esperado el pueblo de Dios: la persecución externa con la cooperación interna. Sin embargo, aun sabiéndolo, Él es firme en la fe, confía que Él está, en última instancia, en las manos de Su Padre, y que al final la fidelidad triunfa.
Nuestra tentación, cuando la libertad religiosa se ve amenazada, es comprometer nuestra fe o reaccionar con ira. Ninguna de estas reacciones es el camino de Jesús. Nuestra llamada es a permanecer firmes, a tomar la Cruz, y permitir que Dios obtenga nuevamente la victoria, a través de nuestro sufrimiento.