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SIRVAN AL SEÑOR CON ALEGRÍA | Nuestra tarea es dar testimonio de lo que hemos visto

Podemos imitar a Santa María Magdalena contando a los demás nuestros encuentros con el Señor resucitado

Abp. Rozanski

Queridas hermanas y hermanos en Cristo:

¡Jesucristo ha resucitado!

Litúrgicamente, la Iglesia presiona el botón de “pausa” en el flujo normal del tiempo esta semana. Cada día es tratado como Domingo de Pascua, y las lecturas de cada día relatan alguna aparición de Jesús resucitado a sus discípulos.

¡Un buen tema para nuestra reflexión de esta semana podría ser imitar a María Magdalena! En particular, el punto que tengo en mente se resume en este versículo: “María fue y anunció a los discípulos: ‘He visto al Señor’” (Juan 20:18).

En un tono similar, Pedro dice: “Dios ha resucitado a ese mismo Jesús, y de ello todos nosotros somos testigos” (Hch 2, 32).

Y, del mismo modo, Jesús resucitado dice a los discípulos: “ustedes deben dar testimonio de estas cosas” (Lc 24,48).

El énfasis en dar testimonio de lo que hemos visto plantea puntos importantes para nuestra consideración.

En primer lugar, nuestra capacidad de imitar a María Magdalena suscita una pregunta inquisitiva: ¿Cómo he visto a Jesús resucitado? A menos que podamos dar una respuesta clara a esa pregunta, ¡no tenemos testimonio que dar! Sí, lo vemos en la Eucaristía. Sí, nos encontramos con Él en las Escrituras. Sí, lo vemos en los pobres. Pero tenemos que reflexionar sobre esas verdades, porque no es la imagen del “encuentro con Jesús” que normalmente esperamos. Pero si pensamos cuidadosamente en esas verdades, entonces podemos decir con convicción: “He visto al Señor”.

En segundo lugar, como sucedió con los primeros apóstoles, el mundo nos da muchas ocasiones para dar nuestro testimonio. ¡Solo tenemos que estar atentos a esas ocasiones! El Sanedrín le pregunta a Pedro: “¿Con qué poder o en qué nombre has hecho esto?” Pedro ve su oportunidad y da su testimonio. ¡No necesitamos golpear a la gente en la cabeza con la verdad! Pero podemos mejorar en la percepción de cuándo el mundo nos está dando una oportunidad y cómo dar un testimonio sencillo de lo que hemos visto.

En tercer lugar, recuerde que la bondad de dar testimonio no depende del éxito en convencer a las personas de seguir a Jesús. El Evangelio final de la semana, de Marcos 16, nos da una lección importante. María les dijo a los discípulos que Jesús había resucitado de entre los muertos, y ellos no le creyeron. Del mismo modo, los discípulos en el camino a Emaús regresaron y contaron a los demás cómo habían conocido a Jesús; Los otros discípulos no les creyeron. Finalmente, Jesús mismo apareció y reprendió a los discípulos por su incredulidad.

¿Cuál es la lección? Que nuestra tarea no es ganar. Nuestra tarea es dar testimonio de lo que hemos visto. Entonces podemos dejar que Jesús haga el resto de la obra. Como dice San Pablo: podemos plantar y regar, pero es Dios quien da el crecimiento (1 Corintios 3:6).

Felices Pascuas. ¡Ha resucitado, en verdad!

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