FRENTE A LA CRUZ | Jesús es quien puede resolver nuestros problemas más profundos, no los políticos
Necesitamos ajustar nuestras actitudes y acciones para alinearlas más con Cristo
En estos días examinamos muy de cerca a los candidatos políticos en preparación para las próximas elecciones, y con razón. Ellos tomarán decisiones importantes. Así, a medida que avanza la temporada de las elecciones, nos encontramos a nosotros mismos diciendo con una mayor claridad, frecuencia y vehemencia, “Esto es lo que está mal con este candidato”.
¿Qué tal si pausamos por un momento nuestro análisis de la clase política y dirigimos ese espíritu de escrutinio hacia nuestras vidas en el cuerpo de Cristo?
San Pablo nos da amplias razones para hacerlo en su carta a los efesios. El gran tema de la semana es la forma en la que Cristo nos atrae a la unidad consigo mismo — tanto que nos transformamos en un solo cuerpo y una sola persona con Él.
La tradición teológica de la Iglesia ha añadido un gran matiz a esta idea, al especificar que nos hacemos parte del cuerpo místico de Cristo, y por lo tanto nos convertimos en una persona mística con Él, no en un cuerpo físico y una persona física (Catecismo de la Iglesia Católica 795). Mas aún, el matiz agudiza nuestro sentido del significado de esta unidad con Cristo, sin contaminar la fuerza de la misma. Por tanto, mientras examinamos más de cerca las posiciones, actitudes y hábitos de nuestros candidatos políticos, necesitamos mirar aún más de cerca las posiciones, actitudes y hábitos de nuestras vidas, y como ellas promueven o se interponen en la vía de nuestra unidad con Cristo.
Una forma de hacerlo es volcándonos hacia afuera. San Juan Pablo II, cuya fiesta celebramos el 22 de octubre, dijo que ninguna de nuestras virtudes y ninguno de nuestros pecados es un asunto privado. Somos parte o de una comunión de santos, donde nos apoyamos unos a otros, o de una de pecado, donde nos hundimos unos a otros… ¿Qué pasaría si proyectáramos nuestras virtudes y faltas hacia 7 mil millones de personas- nos gustaría el resultado? Eso nos da una buena idea de lo que necesitamos fortalecer y de lo que necesitamos superar para crecer en la unidad con Cristo.
Otra forma de hacerlo es volcándonos hacia nuestro interior. Las Escrituras nos dicen que Cristo es la piedra angular del templo que es su cuerpo místico. En las edificaciones antiguas, la piedra angular se utilizaba para alinear el resto de la construcción en referencia a ella. Así podemos mirar a Cristo, luego a nosotros mismos, y preguntarnos: ¿Cuáles de mis actitudes, acciones y hábitos no están de acuerdo con Cristo? Eso es lo que necesitamos ajustar, para estar más alineados con Él.
Permítame invitarle a hacer un experimento. Ignore todas las noticias y comentarios políticos por un mes. No porque no sean importantes. Lo son, a su manera. Sin embargo, tienden a arrastrarnos a dedicar una cantidad desproporcionada de nuestro tiempo y energía a cosas sobre las cuales tenemos muy poca influencia (el comportamiento de otros en alguna parte), dejando menos tiempo y energía para las cosas que están frente a nosotros, sobre las cuales podríamos tener más influencia (nuestro comportamiento aquí y ahora).
Las elecciones son importantes, pero no podemos hacer falsos profetas de los candidatos políticos. La verdad es que Washington, D.C., y Jefferson City no van a resolver nuestros problemas más profundos. Solamente Cristo puede hacerlo. Asegurémonos de invertir la mayor parte de nuestro tiempo y energía donde más importan — analizando lo que promueve o lo que se interpone en nuestro camino de unión con Cristo.
En estos días examinamos muy de cerca a los candidatos políticos en preparación para las próximas elecciones, y con razón. Ellos tomarán decisiones importantes. Así, a medida que avanza la … FRENTE A LA CRUZ | Jesús es quien puede resolver nuestros problemas más profundos, no los políticos
Subscribe to Read All St. Louis Review Stories
All readers receive 5 stories to read free per month. After that, readers will need to be logged in.
If you are currently receive the St. Louis Review at your home or office, please send your name and address (and subscriber id if you know it) to subscriptions@stlouisreview.com to get your login information.
If you are not currently a subscriber to the St. Louis Review, please contact subscriptions@stlouisreview.com for information on how to subscribe.