FRENTE A LA CRUZ | Esperar pacientemente es la clave para un buen Adviento
Celebrar la Navidad antes de tiempo nos deja cansados y agotados
“Benditos aquellos que esperan al Señor”. Eso dice el salmo del sábado de la primera semana de Adviento. Y se suma a una de las lecciones del profeta Isaías que escucharemos durante toda la semana.
Las lecturas de Isaías de esta semana podrían ser llamadas “el libro de las expectativas”. Durante los siete días de la semana, él nos habla de lo que sucederá “ese día”. Isaías espera con ansias el día del Señor y nos enseña a aguardar ese día con esperanza. Sin embargo, la pregunta clave para nosotros en la temporada de Adviento es la siguiente: ¿Esperamos, o nos precipitamos?
Una espera paciente es la clave para un buen Adviento, pero es difícil ser paciente cuando todo en nuestra cultura nos empuja a precipitarnos. El Adviento llega como una celebración temprana de la Navidad en lugar de una preparación para ella.
De alguna manera esta clase de impaciencia fue la raíz del pecado de Eva. Dios planificó darles a Adán y Eva el conocimiento de lo bueno y de lo malo. Sin embargo, se los daría cuando estuviesen preparados, y no antes. Eva decidió que no podía esperar el tiempo del Señor. Extendió su mano y tomó la fruta antes de tiempo.
Cuando comemos la fruta antes de que madure, el sabor es físicamente amargo. Lo mismo es cierto sobre la espiritualidad. Eva tomó la fruta antes de que estuviera madura, y trajo la muerte espiritual. Lo mismo es cierto psicológicamente: Cuando celebramos la Navidad antes de tiempo quedamos cansados y agotados. El Adviento es una oportunidad para atender esa verdad psicológica, y dirigirla hacia nuestro beneficio espiritual.
¿Qué podemos hacer para fomentar una espera paciente en estos días de Adviento? Quizás podemos utilizar una corona de Adviento, encendiendo las luces apropiadas cada noche. Quizás podemos utilizar un Árbol de Jesé, que nos lleva a través de la historia de la salvación, un evento y una persona a la vez. Quizás podemos decorar nuestras casas progresivamente a través de las semanas de Adviento, en lugar de hacerlo de una sola vez. Quizás podemos rezar la Oración Nocturna de la Liturgia de las horas.
¡Utilice su propia creatividad! Solo recuerde que san Cipriano dijo: “Una espera paciente es necesaria…si vamos a recibir de Dios lo que esperamos y creemos”. La paciencia que necesitamos no es solamente una actitud. El Adviento nos invita a encontrar acciones que se compaginen con la actitud.
Esta semana celebramos la fiesta de san Juan Damasceno. Una de las cosas por las que es famoso es por la defensa de los iconos oponiéndose a aquellos que pensaban que son una violación del segundo mandamiento. El catecismo explica la respuesta a esta pregunta en los párrafos 1159-1162 y 2129-2132. En todo el Antiguo Testamento Dios no mostró ninguna imagen de sí mismo, así que los israelitas no podían representar una ellos mismos. Sin embargo, en el Nuevo Testamento Dios se hizo carne; Él nos dio una imagen. Cuando representamos la imagen en una obra de arte estamos reconociendo y confesando lo que Dios ha hecho.
Sin embargo, más que representar la imagen de Dios en las obras de arte, estamos llamados más profundamente a representar esa imagen en nuestras vidas. Así que, en estos días de Adviento, ¿Qué imagen le estamos presentando al mundo? ¿Somos íconos de una espera paciente, o íconos de impaciencia y avidez?