FRENTE A LA CRUZ | El Evangelio de San Marcos nos desafía a ser testigos extraordinarios de Cristo
Esta semana celebramos la fiesta de San Marcos (el 25 de abril). Y este año, los domingos leeremos el Evangelio de San Marcos. Es un buen momento para preguntar: ¿Cuáles son algunas de las características sobresalientes del Evangelio de San Marcos que nos sirven de guía en nuestras vidas?
En primer lugar, el Evangelio de San Marcos transmite las prédicas de San Pedro. San Marcos se puso a sí mismo al servicio de Pedro, y Pedro se puso al servicio de Cristo. ¿Cuál es la lección para nosotros? No todo es acerca de uno mismo. Cada uno de nosotros ha sido llamado a poner sus dones al servicio de Jesús. Esa es la esencia del discipulado. El catecismo de la Iglesia Católica establece: “Cada catequista debe ser capaz de aplicarse a sí mismo las misteriosas palabras de Jesús: “Mi doctrina no es mía, sino de Aquel que me ha enviado” (CIC,427). Esta es la verdad del Evangelio de San Marcos. Esto puede ser verdad para cada uno de nosotros.
Segundo, el Evangelio de Marcos es el más corto. Y no solo es corto, sino que está lleno de acción. Jesús sana al pueblo en la mitad del primer capítulo, muestra su divinidad perdonando los pecados al comienzo del segundo capítulo, y los fariseos conspiran planificando su muerte al comienzo del tercer capítulo. San Marcos nos mantiene pasando de un evento a otro, utilizando la palabra “inmediatamente” más de 40 veces en el Evangelio. Expertos en griego antiguo nos dicen que su vocabulario y la estructura de sus oraciones son simples y directos. Sus relatos dan un vívido testimonio, de los hechos en primera persona, justo lo que podríamos esperar de un testigo ocular de las prédicas de San Pedro. El enfoque del Evangelio es anunciado en la primera línea — que Jesús es el Hijo de Dios — algo que repite San Pedro en la mitad del Evangelio (8:29) y que repite el centurión al final del Evangelio (15:39). Es como si San Marcos condujera un grupo de enfoque para afinar el mensaje. Esta es también una lección para nosotros. ¿Aprenderemos a ser directos como Marcos? ¿Vamos directo al grano, y nos aferramos a él, de la forma en que Marcos lo hace? ¿Daremos testimonios vívidos y de primera mano de lo que hemos visto hacer a Jesús? Al seguir el ejemplo de Marcos, cada uno de nosotros se transformará en un Evangelio viviente.
Finalmente, nadie da un relato más verídico de los defectos de los apóstoles que Marcos. Él nos muestra apóstoles que no entienden y malinterpretan, que se interponen en el camino y huyen. Esta es la clase de humildad que podemos esperar de las prédicas de Pedro, y la humildad es una buena lección para nosotros.
Sin embargo, también hay algo más profundo. Cuando miramos a los apóstoles en los escritos de Marcos, nos damos cuenta de que ellos se parecen mucho a nosotros. Al igual que nosotros no fueron perfectos seguidores de Cristo. Y esto parece ser una parte esencial del mensaje de Marcos. Él nos dice: Si ellos comenzaron como nosotros — siendo pobres ejemplos del discipulado — quizás nosotros podemos terminar como ellos, dando grandes testimonios de fe, llevando a Cristo al mundo. Esto es un desafío, y un mensaje de gran esperanza.
San Marcos, ruega por nosotros.