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SIRVAN AL SEÑOR CON ALEGRÍA | Trabajando para mostrar una mejor versión de la libertad

Los esfuerzos para consagrar el aborto en la constitución del estado exigen una forma barata de libertad

Abp. Rozanski

Queridas hermanas y hermanos en Cristo,

Esta semana marca la primera semana del Tiempo Ordinario en el calendario de la Iglesia. A medida que miramos hacia el próximo año, un año en el que parece que nos preguntarán si queremos que el aborto forme parte de la constitución estatal, ¡qué apropiado es que las lecturas comiencen centrándose en la concepción de un niño! (La concepción de Samuel en 1 Samuel 1.)

En el espíritu de San Marcos, cuyo Evangelio leemos este año, vayamos directo al grano: se nos preguntará si nosotros, como sociedad, queremos proteger el “derecho” de matar a nuestros hijos. Y al elevar el tema al nivel de la constitución estatal, estaríamos diciendo: “Esto es esencial para nuestro estado, esto es lo que nos hace ser quienes somos”.

En respuesta a esa perspectiva, simplemente quiero decir dos cosas.

En primer lugar, esto se nos va a presentar bajo el pretexto de defender la libertad. Pero tenemos que preguntarnos: ¿Libertad para qué? Libertad para que los padres maten a sus hijos, en lugar de ayudarlos a crecer. Libertad para que los poderosos eliminen a los vulnerables, en lugar de elevarlos. Libertad para ofrecer a las mujeres una solución a corto plazo y pedirles que asuman solas las consecuencias físicas, psicológicas y espirituales a largo plazo, en lugar de apoyar a las mujeres como aquellas a través de las cuales fluye toda la vida en nuestras comunidades. Amigos, esa es una libertad barata. ¿Es esa la libertad que este estado como lo llaman, “the Show me State” quiere mostrar al mundo?

En segundo lugar, si consagramos esa versión de la libertad en nuestra Constitución, no podremos objetar nada, no en principio. Nuestros llamamientos a que las mujeres, los niños y las personas vulnerables merecen algo mejor de la sociedad sonarán huecos. Yo digo: las mujeres, los niños y los vulnerables merecen una mejor versión de la libertad, y una mejor versión de la libertad es lo que Missouri quiere mostrar al mundo. Les pido que consideren unirse a mí para decir eso también.

Esta semana también escuchamos acerca del llamado de Samuel a servir al Señor. En medio de la historia vocacional de Samuel escuchamos este curioso punto: “En aquel tiempo Samuel no conocía al Señor”. ¡Es curioso porque Samuel vivía en el Templo, durmiendo junto al Arca de la Alianza! Pero el punto es este: Aunque Samuel sabía muchas cosas acerca del Señor, no conocía la voz viva de Dios en su vida.

¡Creo que todos podríamos unirnos a Samuel para llegar a un conocimiento más profundo de la voz viva de Dios en nuestras vidas!

En el Evangelio de esta semana escuchamos: “Cuando Jesús regresó a Cafarnaúm… se supo que estaba en casa”. A veces echamos de menos la personalización y la intimidad de eso: ¡Jesús tenía un hogar!

Quiero animarnos a todos a crecer en la personalización y la intimidad que se esconde en ese pasaje. Lean las Escrituras, especialmente el Nuevo Testamento. Lean un capítulo al día. Si es posible, ¡busca un lugar donde puedas leerlo en voz alta!

Cuando las palabras de la Biblia encuentran un lugar en nuestras mentes y en nuestros labios, la Palabra de Dios encuentra cada vez más un hogar en nuestros corazones. Él llegará a estar “en casa” en nosotros espiritualmente, como una vez estuvo en casa en Cafarnaúm físicamente. Entonces, como el pesebre sostuvo a Cristo en Navidad, podemos llevarlo en nuestros corazones durante todo el año.

Que Dios los bendiga este próximo año.

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