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SIRVAN AL SEÑOR CON ALEGRÍA | La realidad de la dignidad humana debe provocar cambios en nuestro comportamiento y leyes

Si perdemos el vínculo entre las realidades espirituales y cómo debemos vivir, será un fracaso de la fe

Queridas hermanas y hermanos en Cristo,

“No se puede obtener un “debería” de un “es”. Ese es uno de los lemas de la filosofía secular moderna.

Pero está mal por dos razones. Primero, es inconsistente consigo mismo: ¡la filosofía secular nos dice constantemente lo que debemos (o no) hacer debido a la forma en que es el mundo! Segundo, es inconsistente con nuestra fe. Las lecturas de esta semana nos dan varios ejemplos de cómo el “debería” se deriva del “es”.

Esta semana leemos de la Primera Carta a los Tesalonicenses, y uno de los temas de la carta es que la forma en que debemos comportarnos está arraigada en el “es” de nuestra relación con Jesucristo. San Pablo dice, básicamente: Los gentiles no saben cómo deben comportarse porque no saben quién es Dios. Pero los cristianos, porque sabemos quién es Dios, y debido al don de la vida que hemos recibido en Jesús, debemos comportarnos de manera diferente. Lo indicativo —en este caso— conduce a un imperativo: cómo debemos comportarnos.

Celebramos el memorial de la muerte de San Juan Bautista esta semana, el 29 de agosto. Juan se metió en problemas precisamente porque captó y proclamó esta conexión, diciéndole a Herodes: Herodías es la esposa de tu hermano, por lo tanto, no debes tenerla como tu esposa. El espíritu de la filosofía secular estaba vivo en Herodías, y Juan fue martirizado por insistir en el vínculo entre el “es” y el “debería.”

Esta semana escuchamos a Jesús hablar sobre el Reino de Dios, y su mensaje refuerza el vínculo: ¡No sabes la hora en que vendrá el Señor, por lo tanto, debes permanecer despierto y estar vigilante! La parábola de los talentos, que también escuchamos esta semana, sigue la misma estructura: Hemos recibido dones (talentos), por lo tanto, debemos invertirlos en la obra del Señor. ¡El sirviente perezoso es precisamente el que no actúa sobre el vínculo entre es y debe!

El Oficio de Lecturas de esta semana da una exhortación de San Juan Crisóstomo. Comienza señalando que reconocemos cómo el Cuerpo de Cristo está presente para nosotros en el altar, y debemos darle la debida reverencia allí. Pero luego señala que es el mismo Jesús que está presente para nosotros en nuestros vecinos necesitados. La exhortación sigue: Debemos darle reverencia allí también. Jesús está presente en estos dos modos diferentes; debemos cuidarlo en cada modo de Su presencia. Si perdemos el vínculo entre el “es” y el “debe” en cualquier caso, es un fracaso de la fe.

Me estoy esforzando mucho en señalar este vínculo porque creo que pertenece a algunas de las grandes batallas que enfrentamos en estos días. Ya sea violencia a mano armada, la pena de muerte o el aborto, el “es” de la dignidad humana exige un “debería” en nuestro comportamiento y nuestras leyes. Si vamos a vivir nuestra fe con integridad, necesitamos trazar esos vínculos con claridad y consistencia.

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