SIRVAN AL SEÑOR CON ALEGRÍA | Compartir las Buenas Nuevas puede comenzar conversando acerca de la fe en nuestra vida
Si nos preguntan: ¿Cómo fue tu fin de semana?, nuestra respuesta puede incluir nuestra celebración de la Eucaristía, nuestra acción de gracias semanal
Queridas hermanas y hermanos en Cristo:
“¿Cómo fue tu fin de semana?”
La gente nos hace esa pregunta todo el tiempo. Al responder hablamos libremente acerca de las diferentes cosas que hicimos el fin de semana — pero a menudo (¡y con mucha atención!) evitamos mencionar nada acerca de la Iglesia. Jesús podría justamente señalarnos eso y nombrarlo por lo que es — un doble estándar.
La próxima semana la gente nos preguntará, “¿Como estuvo su día de Acción de Gracias?”. Al responder hablaremos acerca de las cosas que hicimos y les contaremos historias de las cosas que sucedieron con familiares y amigos. Y al hacer un recuento, nos deleitaremos con los detalles de la comida, los eventos y las relaciones.
La primera cosa que quiero decir es, ¡que todo eso es bueno!
Sin embargo, quiero añadir un punto. El término “Eucaristía” viene de una palabra Griega que se traduce como “acción de gracias”. En otras palabras, como Estadounidenses celebramos un gran Día de Acción de Gracias una vez al año, pero como Católicos celebramos una pequeña acción de gracias cada semana. Así, cuando las personas nos pregunten por nuestro fin de semana, podremos contar historias y deleitarnos con los detalles acerca de cómo Jesús, la fe y la comunidad fueron parte de nuestro fin de semana, al igual que compartimos con naturalidad historias acerca de la festividad del Día de Acción de Gracias.
En parte digo esto porque estamos en el medio de un proceso de planificación pastoral estratégico cuyo enfoque central es la evangelización. Los Católicos a menudo no estamos seguros acerca de lo que significa o implica la evangelización. Una de las primeras cosas y una de las más fáciles es compartir nuestra fe con los demás, y puede ser tan simple y natural como decir algo acerca de la Iglesia — nuestra pequeña acción de gracias — cuando les contemos como fue nuestro fin de semana.
La comparación es importante porque nos ayuda a aclarar algo. Cuando le contamos a los demás acerca de nuestro fin de semana no les estamos imponiendo nuestras tradiciones familiares, o presionándolos para que se conviertan a nuestra familia.
Lo mismo es cierto cuando incluimos elementos de nuestra vida de fe en esa conversación. No estamos haciendo proselitismo — imponiendo la religión en la gente o presionándolos a convertirse. Simplemente los estamos invitando a que la conversación sea un poco más profunda. Las personas son libres para aceptar o no la invitación, pero se sorprenderá de cuánta gente quiere hablar acerca de la fe, de Dios, o de las dificultades y oraciones — a cuanta gente le gustaría que la conversación fuese un poco más profunda que el juego de fútbol americano que vimos o el juego de fútbol al que asistimos o el restaurante que probamos.
Vamos a rehacer algunas estructuras externas de la vida parroquial en los próximos años. Sin embargo, no tiene sentido rehacer las estructuras externas si no rehacemos las internas de como vivimos y compartimos la fe. De hecho, más bien se trata de lo contrario: Queremos rehacer las estructuras externas de la vida parroquial precisamente para poder profundizar la manera en la que vivimos y compartimos la fe.
Eso significa que necesitamos comenzar a pensar y a hablar acerca de lo que significa la evangelización para nosotros como Católicos. La primera cosa que queremos sugerir es que la evangelización — compartir las Buenas Nuevas — puede comenzar con algo tan simple como responder a la pregunta: “¿Como fue su fin de semana?”
¡Que tengan un Feliz Día de Acción de Gracias!