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SIRVAN AL SEÑOR CON ALEGRÍA | Avanzar al modo apostólico

En el modo apostólico, necesitamos cambiar para predicar el Evangelio a todos, aun a las personas que no se acercan a nosotros

Queridas hermanas y hermanos en Cristo:

“Los apóstoles y los hermanos que estaban en Judea oyeron que los Gentiles también habían aceptado la palabra de Dios”.

Las lecturas de esta semana nos hablan acerca del comienzo de un cambio importante en los inicios de la Iglesia: cambiar de proclamar el Evangelio solo al pueblo Judío a proclamar también el Evangelio a los Gentiles.

Este cambio contenía una semilla de crecimiento enorme para la iglesia primitiva. También dejó algunas cosas por resolver. Por ejemplo, la Iglesia necesitaba llegar a un nuevo entendimiento de lo que la ley Judía significaba para los Gentiles Cristianos.

La Iglesia actual también está experimentando un proceso de cambio importante. Por un largo tiempo, nos hemos contentado con proclamar el Evangelio a aquellos que ya vienen a nosotros — lo que algunos han llamado el modo de “Cristiandad” o “mantenimiento” de la Iglesia. Por muchos años, hemos estado hablando acerca de proclamar el Evangelio a aquellos que aún no se acercan a nosotros, y ahora justamente estamos en el principio de ese cambio, que algunos llaman el modo “apostólico” o “misionero” de la Iglesia.

Este cambio contiene la semilla de un crecimiento tremendo para la Iglesia. En ese sentido, necesitamos aceptar el cambio. Eso también deja algunas cosas por resolver, ¡y de la misma manera tenemos que aceptarlo!

Permítanme ser claro: a diferencia de los inicios de la Iglesia, no estamos hablando acerca de elaborar algún nuevo punto doctrinal. Al hacer el cambio de Cristiandad a una misión apostólica, ¡las enseñanzas de la Iglesia no son negociables!

Sin embargo, lo que sí debemos observar es la mentalidad básica de algunas de nuestras operaciones. Pienso que el papa Francisco estaba en lo cierto cuando dijo: “Sueño con una ‘opción misionera’ capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la autopreservación” (“Evangelii Gaudium”, 27).

En modo de Cristiandad, podemos asumir que la gente vendrá a nosotros; en modo apostólico, sabemos que necesitamos salir a encontrar a la gente en donde esté. En modo de Cristiandad, podemos asumir que la gente estará de acuerdo con nosotros básicamente en aspectos de moralidad, filosofía y teología; en modo apostólico, sabemos que la gente necesita conversión básica en todos esos frentes. En modo de Cristiandad, podemos seguir la corriente de la cultura y ser fieles; en modo apostólico, tenemos que ir contra la corriente de la cultura para ser fieles.

Al final de la semana, el 14 de mayo, celebramos la fiesta de San Mateo, quien reemplazó a Judas entre los doce. Se escogió a San Mateo para desempeñar el papel de apóstol. Qué momento tan propicio para reflexionar sobre el hecho de que, en la Iglesia de hoy, se nos pide que adoptemos una mentalidad apostólica.

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