FRENTE A LA CRUZ | Acepte sus fortalezas y en oración desafíe sus debilidades
Las cartas de san Pablo fueron hechas para ciertas comunidades y dirigidas a abordar sus debilidades
Esta semana terminamos una serie de lecturas de la Primera carta de san Pablo a los tesalonicenses, y luego comenzamos una serie de lecturas de su carta a los colosenses.
San Pablo escribió a diferentes comunidades con dos cosas en mente: las preguntas específicas que ellos hacían o las situaciones que tenían que enfrentar; y las fortalezas de las comunidades que necesitaban ser alentadas y las debilidades que representaban un desafío.
Al igual que todas las comunidades a las cuales escribió san Pablo, cada parroquia, cada diócesis y cada presbiterio (comunidad de sacerdotes) en la actualidad tiene sus propias fortalezas y debilidades características. Quizás yo tengo una perspectiva única al respecto. He sido obispo en cuatro diócesis diferentes, y he visto las fortalezas y debilidades de las comunidades en gran escala. Permítanme nombrar algunas cosas que he visto en la arquidiócesis de St. Louis, no para ser exhaustivo sino para hacernos pensar acerca de cómo podemos aprovechar al máximo nuestras fortalezas y mejorar o evitar nuestras debilidades al enfrentar los retos de hoy en día.
En primer lugar, tenemos abundancia de recursos, y una impresionante generosidad para compartirlos. Esta es una de las razones por las que St. Louis es conocido como “la Roma del Oeste” — tenemos personas y programas que dan forma a las “mejores prácticas” para las diócesis de todo el país. La catedral-basílica de St. Louis es un ejemplo apropiado de esto: En St. Louis pensamos que vale la pena el tiempo, la energía y el dinero invertidos en hacer algo extraordinario para presentar la fe al mundo.
En segundo lugar, los sacerdotes de la arquidiócesis de St. Louis tienen una capacidad de trabajo extraordinaria. No es solo uno que otro sacerdote. Como grupo, como un todo, tienen una increíble capacidad para asumir más trabajo — y continuar trabajando. Tenemos un diaconado permanente extraordinariamente fuerte, tanto en términos de número de hombres ordenados y en formación, como también en cuanto a la calidad de su formación. Tenemos una concentración extraordinaria de mujeres y hombres religiosos que han aportado a la Iglesia local un poderoso carisma y largas historias de servicio.
Finalmente, una de las grandes fortalezas de la gente de St. Louis es su sentido de la historia, una parte viva de su identidad. La Feria Mundial no es simplemente algo que sucedió en 1904, es una memoria viva, estampada en el mapa de la ciudad en el Museo de Arte, en Forest Park y en la Gran Cuenca. De igual manera, la escuela secundaria a la cual usted asistió no fue solo algo que le sucedió cuando usted era más joven, sino que las personas continúan identificadas con sus escuelas. La historia vive aquí, de una forma en la que no lo hace en otros lugares. Esto ayuda a las personas a mantener su fe a medida que el mundo cambia.
Sin embargo, junto a ese sentido de la historia, también puede haber temor a los cambios. La gente no quiere que las cosas cambien, y eso es algo natural, pero el temor al cambio no puede controlar nuestra forma de hacer las cosas. Las cosas son cambiantes, en el mundo y en la Iglesia.
Por ejemplo, las proyecciones muestran que, en los próximos 10 años y por primera vez desde 1900, tendremos menos sacerdotes activos que parroquias. Tenemos que utilizar nuestras fortalezas y sobreponernos a nuestras debilidades con el objeto de enfrentar el desafío. ¿Si san Pablo nos escribiera una carta, que nos diría en ella?
Oremos para que seamos fieles a Cristo y atentos a la creatividad del Espíritu Santo a medida que abordamos los cambios que enfrentamos en la actualidad.
Esta semana terminamos una serie de lecturas de la Primera carta de san Pablo a los tesalonicenses, y luego comenzamos una serie de lecturas de su carta a los colosenses. … FRENTE A LA CRUZ | Acepte sus fortalezas y en oración desafíe sus debilidades
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