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FRENTE A LA CRUZ | El Tiempo Ordinario nos impulsa a luchar por las normas morales

Debemos ir más allá de lo que usualmente sucede y movernos hacia lo que Dios quiere

A medida que volvemos a entrar esta semana en el tiempo ordinario, quiero preguntarles: ¿Qué es lo que cuenta como “ordinario”?

Hay cosas que son estadísticamente ordinarias, pero no moralmente ordinarias – la forma en la que son las cosas, pero no la forma en la que deberían ser. ¿Nos conformamos con las normas estadísticas, o luchamos por las normas morales? Déjeme darle algunos ejemplos.

Después del tiroteo en la escuela de la Florida en febrero, algunos reportes indican que 26 de los 27 casos de tiroteos con mayor mortalidad en América han tenido una cosa en común: la ausencia de un padre biológico comprometido en el hogar del tirador. Una inspección más cercana revela que el número es un poco menor — 21 o 22 de ellos — pero sigue siendo una mayoría amplia y desproporcionada.

No señalo esto para hacer un punto político sino más bien un punto moral: Cuando los hombres pierden el control de sus responsabilidades, todos pagan el precio. Cuando se trata de la paternidad, los hombres en América están perdiendo el control en una escala masiva.

Sin embargo, esta no es una historia nueva. Es tan vieja como la caída de Adán y Eva, pero a menudo nosotros nos perdemos los detalles de esta historia. Estos detalles dan algunas luces sobre la perenne situación humana, y es de gran ayuda revisarlos en cámara lenta.

Después de la caída, cuando Dios le preguntó a Adán que había sucedido, Adán inmediatamente le echó la culpa a Eva: “La mujer que tu pusiste a mi lado — me dio la fruta del árbol prohibido, y yo la comí.”

En este punto, debemos hacer una pausa, así como la conversación pudo haber tenido una pausa. Cada padre sabe que, en esa pausa, en lugar de palabras había una pregunta escrita en los ojos de Dios que se cruzó entre Dios y Adán: “Tu sabias que estaba mal, y te dije que no lo hicieras, y que eso iba a ser malo para ti y para ella. ¿Y aun sabiendo todo eso, la seguiste a ella y no a mí?”

Se supone que debemos hacer que la pregunta se profundice en nosotros, porque no es simplemente una pregunta para Adán. Es una pregunta para cada uno de nosotros, porque todos nosotros hemos hecho la misma cosa.

Después Dios se dirigió a Eva para preguntarle cómo había sucedido. Ella dijo: “La serpiente me engaño, y yo comí.”

En este punto debemos hacer una pausa otra vez. Esto significa no solo oír las palabras sino también la frustración en la voz de Eva: “Y el hombre, que tú me distes, que debería haberme protegido, estaba a mi lado y no dijo o hizo nada. Simplemente permitió que sucediera”. En este punto se supone que debemos rebobinar la película, ver dónde estaba Adán mientras la serpiente tentaba a Eva para que pecara — y notaremos que él estuvo allí todo el tiempo.

La historia de la caída concluye con lo siguiente: “El hombre llamó a su mujer, Eva, porque ella se transformó en la madre de todos los vivos”. Al decir esto, Las Sagradas Escrituras no solo nos están diciendo lo que sucedió, sino también nos dicen que su desastre es nuestra herencia. Podemos confirmar esto con números: las disfunciones de Adán y Eva se han vuelto nuestra norma estadística.

Otra escena bíblica da luces sobre nuestra situación, pero esta vez nos provee de la norma moral — las cosas como deberían ser.

La imagen de Jesús en la Cruz, María al pie de la Cruz, y el apóstol San Juan a su lado apoyándola.

Jesús es el nuevo Adán. Cuando su lado fue traspasado, fluyeron agua y sangre. Estos son los símbolos del Bautismo y de la Eucaristía. Ellos muestran como la Iglesia nace del costado del nuevo Adán, así como Eva nació del lado del primer Adán.

Jesús está haciendo lo que se suponía iba a hacer Adán. La Iglesia es amenazada por el demonio. Jesús dio su vida para conquistar a la serpiente y proteger a su novia, la Iglesia.

Juan, en esta escena representa a todos los cristianos. Cuando Jesús le dice, “Esta es tu madre”, Él dice que María es la nueva Eva. (Es por eso por lo que Él la llama “Mujer”). Al entregársela a Juan como su Madre, Él nos dice que ella es la madre de todos los que viven en Cristo. El nuevo Adán, aun cuando está muriendo para proteger a su novia, se asegura que se cuide a la madre de todos los vivos.

Jesús está haciendo lo que Adán debería haber hecho, y lo que todos los hombres son llamados a hacer: dar su vida para proteger a la mujer, en lugar de utilizarla o abandonarla. Estas relaciones ordenadas correctamente son también parte de nuestra herencia. Ellas marcan la norma moral — la forma como se suponen deber ser las cosas.

Por favor, no me malinterprete. No estoy diciendo que las mujeres son débiles, o más débiles que los hombres. Déjeme decir claramente lo que todos sabemos, y necesitamos recordar: las mujeres son fuertes, y en muchas maneras más fuertes que los hombres.

Lo que estoy diciendo es que allí hay un patrón bíblico básico, es un llamado a los hombres, y les muestra como se supone deben ser sus relaciones con las mujeres. Los hombres violan este llamado por exceso cuando se vuelven dominantes — la historia nos muestra esto, y la pornografía lo ejemplifica. Violan este llamado por defecto cuando se vuelven ausentes — la historia nos lo muestra, y una América en la cual se incrementa la falta de padres es un ejemplo de ello.

Si los hombres no han vivido de acuerdo con el papel que Dios les dio – y no lo hicieron desde el principio, y no lo hacen hoy en día -y si todos estamos pagando un terrible precio por eso (y lo estamos pagando), la solución no es que los hombres dejen de ser hombres. La solución es regresar al patrón establecido por Dios.

Para ilustrar que los hombres no están viviendo de acuerdo con el rol que Dios les dio, mire el flagelo de la pornografía. ¿Sabía usted que Hollywood hace 600 películas por año, obteniendo una ganancia de alrededor de 10 billones de dólares, mientras que la industria de la pornografía hace 13.ooo películas por año, obteniendo una ganancia de alrededor de 15 billones de dólares? La pornografía genera más ganancias que la Liga Mayor de Béisbol y la NFL y la NBA juntas. Sabía usted que los sitios de pornografía tienen más tráfico que Netflix, Amazon y Twitter combinados, y que el mayor sitio web de pornografía reportó, el solo, más de 4,500,000,000 horas de audiencia en el 2016. Cuando se trata de proteger la dignidad de las mujeres, los hombres en América están perdiendo el control de sus responsabilidades en una escala masiva.

Las relaciones disfuncionales de Adán y Eva son nuestra herencia. Estadísticamente, esta es nuestra norma. Las relaciones ordenadas correctamente entre el hombre y la mujer tienen sus raíces en Cristo y María, y son también nuestra herencia. Moralmente, esa es nuestra norma. Tenemos que escoger entre estas normas.

Así, a medida que volvemos a entrar en el tiempo ordinario (o normal), les hago una pregunta a los hombres: ¿Qué tipo de acciones o conductas serán sus acciones ordinarias?